Tras la oración jubilosa en la Catedral de Santiago de
Compostela, en la emotividad que conlleva ver su sacrificio y su fe
reconfortados. Los miles de peregrinos que hacen la ruta, pasan en la ciudad de
santo un par de días disfrutando como turistas sosegados en el éxito de su
andadura, reconfortados con los recuerdos del viaje, programan su vuelta a casa
en confortables trenes o aviones. Ansiosos por contar a familiares y amigos su fantástica
aventura.
Remontados en el tiempo , un par de siglosantea, es facil adivinar que la vuelta o el retorno a sus lugares de origen debian hacerlo a pie , otal vez en diligencias de viajeros. curiosidad que no ha sido demasiado comentadas por los cronistas.
Remontados en el tiempo , un par de siglosantea, es facil adivinar que la vuelta o el retorno a sus lugares de origen debian hacerlo a pie , otal vez en diligencias de viajeros. curiosidad que no ha sido demasiado comentadas por los cronistas.
Acongoja pensar en los primeros peregrinos que hicieron el
camino. Muchos morían en el empeño. Pues aquellos tiempos alto medieval
diseñado por inhóspitas sendas llenas de peligros: fieras, hambre, salteadores
o enfermedades, los acechaban cada día y en cada paso que daban. Muchos
caminaban en solitario sin más información que seguir el ritmo de las estrellas
que indicaban el cabo de Finiste re (Fin del Mundo)
En un principio la ruta transcurría por la cornisa del mar Cantábrico,
poblado de austeros monasterios de Cantabria y las Asturias de Laredo. Ya en el
siglo XI, los peregrinos tenían cierta organización y atenciones, al desviar
sus caminos por sus dominios el gran rey Sancho el Mayor que atendían a la
seguridad y alimentación en su andadura. Campos fértiles y generosos en grano.
Lo dispuso el rey en la ciudad de su corte.NAJERA Fundando en la Iglesia de San Sebastián
un escritorio y hospedería bajo la tutela de los monjes de San Millán.
Posiblemente aquí se escribieron las famosas Glosas Emilianenses, origen del
castellano y del euskera para que se entendieran en un sermón piadoso.
San Gregorio Hóstiense, Santo Domingo de la Calzada , san Lesmes de
Burgos, fueron sus nombres.
Las mesnadas del Rey Sancho les daban seguridad entre
Roncesvalles y Canfrán, hasta Santiago de Compostela. En tiempos del siglo XIII
se hacia la ruta en regias comitivas reales o de notables personajes de la
nobleza o de la iglesia. El camino se convirtió en una placentera aventura en
los que se programaba a cogerse a placeres del buen yantar o lugares en los que
ejercían las meretrices la invitación a placeres. Los judíos tomaron baza
comercial en las ciudades cristianas, pues ya funcionaban dineros acuñados que
facilitaba la comunicación del comercio. No eran caballeros sino también acémilas
que le servían de montura, incluso carruajes para transportar enseres y aperos.
Disfrutaban de la ruta con más fruición y atenciones, quedándose algunos en
tareas de edificar templos y ciudades.
¡Como era la vuelta de aquellos peregrinos! en buena lógica
poco se ha escrito con relatos de disfrute de su experiencia y caprichos.
Serian relatos de
gran interés si llegasen a verse escritos.Pues el camimo era de ida y vuelta