Excursión al alto Najerilla
Por Jaime Albelda
Cronista de Nájera
A pesar de ser nacidos en el Valle del Najerilla y conocer
sus rutas pueblos y paisaje, programamos cada año y en familia ,una excursión a
las sierras que acogen esa piña de los pueblos que conforman un territorio
histórico que se ha dado en llamar las siete villas, dialema de la Rioja ,
La primera visita, obligada, es al Monasterio de Valvanera,
para rezar ante la venerable imagen de la patrona de nuestra comunidad que
siempre nos espera y acoge en su altivo camerino. Luego, nos asomamos a su
balconada montaraz para respirar con hondura, la pureza exquisita del aire de
esas sierras tan nuestras y queridas.
Pronto despierta el apetito, el el mitigarlo esta en
remontar el río. Aguas arriba, buscando los ancestrales mesones de Macario o la Venta de Goyo. Tanto monta monta tanto….
L oferta gastronomita es espectacular en bondades de
productos de la Rioja ,
Embutidos sublimes , frescas y deliciosas truchas, recién pescadas , con el
peso justo para raciones personales …. platos de cuchara, legumbre de Anguiano
cocida en olla reposada, que hierve a
borbotones con lentitud en el puchero, produciendo una crema de sabores del cielo, con aderezos de
matanza, adobados. También asados de cabrito o codero y al fin, postres
caseros, dulces y artesanos del mayor agrado al paladar….
La buena comida, reclama
un paseo y que mejor que hacerlo recorriendo de orilla a orilla, en su
senda de paso, la presa colosal de Mansilla. Obra faraónica con destino al regadío de los pueblos del valle. Paseo
entre el rumor de y el espectáculo de sus compuertas y largueza del embalse que
aoje y administra las aguas de los
afluentes del Najerilla. Si la sequía fue pertinaz en la primavera y el verano,
queda desnudo en su caserio y entorno, aquel precioso pueblecito que sumergió
en n las aguas los imperativos del progreso. L a tentación de bajar a
recorrerlo, entre el seco barrizal que lo conforma , viene a ser otro de los
alicientes de la excursión. Hacerlo , arrebata el alma en nostalgia y penas, En
los días
que acogió las gentes se alzaban siete puentes . Tantos como los
afluentes o regatos que allí convergían, algunos se pueden apreciar cuando
bajan las aguas, También el frontón. La iglesia, plaza y viejas casonas , así
como el trazado de un recoleto paseo jalonado por álamos, que exiben su
galanura, pese a estar ya yermos, de fronda y verdura. Espectáculo casi
fantasmal, único en nostalgias.
Quedara algo a la tarde y hay que consumirla entre las
excelencias serranas. Eligiremos Villavelayo, patria de la dulce SANTA AUREA,
virgen , natural de la villa, DONDE SE LE CONSAGRA UNA PRECIOSA ERMITA, y queda
en pie la casa en que nació. Virgen pura que salio del pueblo a los once años,
docta, y preciosa no doblego su doncellez ante los monjes de San Millán,
disponiendo el martirio emparedándose y muriendo de hambre.
Volveremos al caer la tarde a la capital del Najerilla, la
sinpar Nájera, para contemplar a la sombra de sus amenas montañas el crepúsculo
de un día singular en sensaciones y felicidad.
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