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viernes, 27 de mayo de 2011

EL GENERAL URRUTIA FUE EL MILITAR MAS IMPORTANTE DEL EJERCITO ESPAÑOL EN EL SIGLO XVIII


La misión de Marqués de Rubí.


Con fecha 7 de agosto de 1765, el Secretario de Indias dirigió una comunicación al marqués de Rubí en la que, en nombre del Rey, le ordenaba que pasara revista inmediatamente a todos los presidios de Nueva España; en la misma, debía reconocer su situación, revistar a las tropas que los guarnecían y examinar el reglamento de precios subsistente, para proponer finalmente cuanto estimara conveniente para su mejor gobierno y estado de defensa. A la vez, se ordenes al marqués de Cruillas que le entregase el reglamento antiguo y toda la documentación e información necesarias para el cumplimiento de la comisión de servicio encomendada, y que le proporcionase los auxilios convenientes, comunicándolo a Madrid, para rápido conocimiento del Rey.

Para dar cumplimiento a esta misión, el marqués de Rubí organizó una expedición, en la que integró al capitán ingeniero militar don Nicolas de Lafora, el mas antiguo de los siete ingenieros recién llegados a Nueva España y Al Subteniente Ingeniero D. Josep Urrutia (entre los que se encontraba el después famoso don Miguel Constanzó, entonces subteniente). Lafora fue un eficaz auxiliar de Rubí con su asesoramiento técnico y Urrutia lo fue con los mapas que fue levantando; es un hecho que Lafora entrega copia de los Mapas de Urrutia (Véase Biblioteca del Congreso).

La expedición salió de México el 12 de marzo de 1766, dirigiéndose por Zacatecas, a Durango, capital de Nueva Vizcaya, donde pasó revista a la escuadra de un cabo y diez soldados que daba el presidio del Pasaje para la seguridad de la ciudad. Desde allí, por el presidio de Huejoquilla, se dirigió a Chihuahua y, después, a La Junta de los Ríos, El Paso y Santa Fe. Desde allí regresó visitando sucesivamente los presidios de San Buenaventura y Janos, en Nueva Vizcaya, y los seis de Sonora. Desde Buenavista, cruzando por el valle de Basuchil, volvió a Nueva Vizcaya, y visitó los de Huejoquilla y Cerro Gordo. Desde allí pasó a revistar los presidios de Coahuila y Texas y las guarniciones de Nuevo León, desde donde regresó dando un rodeo por Nayarit. Llegó a México el 23 de enero de 1768. Su viaje de inspección había durado veintitrés meses y había visitado veintitrés establecimientos. No había podido pasar revista al de Julimes ni a los del Nuevo Santander, a donde fue, en su nombre, el teniente coronel Fernandez Palacios. No era esta la primera visita general de revista de los presidios, pues, ya en 1724-28, la había hecho don Pedro de Rivera, con el ingeniero don Francisco Alvarez Bareijo y dos amanuenses. De regreso en la capital del reino de Nueva España, el marqués de Rubí redactó un extenso informe, fechado en Tacubaya e ilustrado con el mapa levantado por Lafora, al que dio el siguiente titulo: Situación en que se hallan todas las Provincias del Reyno de Nueva España y provincias Fronterizas a la Gentilidad en las partes del Norte. Ventajas o Nulidades de los Presidios puestos en la Frontera de de las Provincias para contener las inmensas Naciones que las hostilizan, con detalle del numero de soldados que guarnecen los Presidios y del costo que tiene anualmente a S.M. En el mismo dictamina lo que considera ventajoso y desventajoso y propone modificaciones e incluso supresiones en la línea de presidios, con vista a conseguir la mayor eficacia frente a los ataques de los indios bárbaros a las provincias internas de Nueva España. Dicho informe puede resumirse en lo siguiente:

La provincia de Sonora, rica y fértil, es el actual Teatro de la Guerra con las Naciones Seris y Pimas sublevadas, que viviendo en su centro la aniquilan insensiblemente como Ladrones Caseros y con los apaches , que la hostilizan por la parte del Norte. Limita al oeste y norte con las Naciones Gentiles, Papagos y Pimas altos, que viven sobre el río Gila, casi en el desemboque de éste en el Colorado, y con los Apaches Gileqos, que están situados también sobre las orillas del consabido Río Gila, a la parte el este de la Papaguerma (zona de los papagos). Al este, limita con la provincia de Nueva Vizcaya, de la que la separa la Sierra Madre: Por el sur, con la de Ostimuri y por el poniente, con la costa del Seno de California, de que están apoderados los indios alzados, desde el Puerto de Guaymas hasta las inmediaciones de Caborca. Tiene seis presidios.

El presidio de Buenavista esta situado en una pequeña loma, sobre la orilla del rmo Yaqui. Su guarnición esta formada por una compañía (sic) de caballería, con cincuenta y una plazas (capitán, un teniente, un alférez, un sargento y cuarenta y siete soldados, con una dotación total de veinte mil seiscientos sesenta y cinco pesos anuales).

El de San Miguel de Horcasitas (capital de la provincia) esta guarnecido por una compañía, cuyo capitán es el gobernador, y tiene ademas un teniente, un alférez, un sargento y cuarenta y siete soldados, con una dotación total de veinticuatro mil sesenta y cinco pesos.

Sobre los dos presidios anteriores, dictamina que opuestos en el día a las incursiones de los Seris de Cerro Prieto, su existencia esta pendiente del éxito de la presente expedición y así en cuanto se consiga reducirlos, dichos presidios serán innecesarios y deben suprimirse.

El presidio de Santa Gertrudis del Altar esta a unas treinta leguas de la costa de la Mar del Sur: Se estableció para contener las hostilidades de los Papagos y Piatos, que habitan los rumbos Norte y Noroeste. Estaría mejor mas cerca de la costa, donde sin perjuicio del fin de su establecimiento, cortaría las comunicaciones de aquellos indios con los de Cerro Prieto...

El de San Ignacio de Tubac esta a menos de cuarenta leguas del de Altar. Lo guarnece una compañía de cincuenta y cinco plazas, incluidos los oficiales (capitán, teniente, alférez, sargento y cuarenta y siete soldados).

El de Terrenate (San Felipe de Jesús Guebavi) dista menos de cuarenta leguas del de Tubac. Lo guarnece una compañía de cincuenta y una plazas.

La provincia de Nueva Vizcaya ocupa una gran extensión. La capital, Durango, es la mayor ciudad de todas las situadas en las Provincias Internas, en una zona cuyo grado de poblamiento y desarrollo la diferencian notablemente de lo normal en dichas provincias. Su latitud esta comprendida entre los 23: y 33: y su longitud entre 255: y 275: al oeste del meridiano del Teide. Tiene enfrente, en territorios de Nuevo México y Texas, a los apaches, que realizan frecuentes incursiones hacia el sur, con mucha profundidad, recorriendo el desierto llamado Bolssn de Mapimm, desde el que pueden salir a dar sus golpes hasta cerca de Durango o Saltillo. Estos apaches son los de las parcialidades de los chiricaguas o gileqos, carlones, chilpacines, jicarillas, faraones, mezcaleros, natages y lipanes, de O. a E.

Los presidios en Nueva Vizcaya son los de Janos, San Buenaventura, Huejoquilla, El Pasaje, Cerro Gordo y la Junta de los Ríos.

El presidio de Janos esta ubicado a sesenta leguas al E. de Fronteras y lo guarnece una compañía compuesta por su capitán y cincuenta plazas mas, incluidos el teniente, el alférez y un sargento. Se estima que cubre una distancia demasiado grande, con accesos fáciles, muy difíciles de controlar. Su latitud es 35:18’N. y su longitud 258:24’O.

El presidio de San Buenaventura esta situado a los 30:16’N. y 299:55’O. Su situación en hondo es mala y no sirve bien en su ubicación actual, por lo que debe adelantarse.

El presidio de Huejoquilla se ubica a orillas del río Florido, a 27:57’N. y 261:30’O. Lo guarnece una compañía de cuarenta plazas, incluidos los mandos. Para mejor atender a su finalidad debe adelantarse.

El presidio del Pasaje se encuentra a cuarenta y cuatro leguas al norte de Durango, a 25:29’N. y 265:35’O. Queda muy retrasado (como consecuencia de haberse establecido para hacer frente a las incursiones de los apaches a través del Bolssn de Mapimm). Lo guarnece una compañía de treinta y seis plazas.

El presidio de Cerro Gordo, guarnecido por una compañía de cuarenta y una plazas, se encuentra a 33:06’N. y 261:40’O. Debe adelantarse.

El presidio de La Junta de los Ríos (Grande del Norte y Conchos) ha sido trasladado a Julimes. Al quedar abandonado, ha sido destruido por los apaches. Lo guarnece una compañía de cincuenta plazas, que esta en muy buenas relaciones con los indios natages, que habitan al otro lado del río Grande del Norte.

En la provincia de Nuevo México solo existen dos presidios ubicados en las dos poblaciones mas importante: Santa Fe y El Paso del Río Grande del Norte. Esta provincia, situada entre los 32: y 38:N. y entre los 258: y 264:O, tiene ochenta poblaciones.

El Paso del Norte, a 33:6’N. y 261:40:, es la mayor población de la provincia, pues pasa de cinco mil habitantes, con las misiones contiguas. Su guarnición es una compañía con cincuenta y seis plazas. Podría trasladarse a las inmediaciones de El Carrizal, en Nueva Vizcaya, muy débilmente defendido. El Paso, con población suficiente, podría defenderse con sus propias milicias, que no están organizadas solo por el problema de las discordias entre sus habitantes. Ello hace necesario que tenga un buen jefe.

Santa Fe, capital de la provincia, con activo comercio de vinos, tejidos, lana, aguardientes y frutas, se encuentra a 36:10’N. y 262:40’O. La existencia de su presidio es indispensable, pues su situación es muy ventajosa para acudir rápidamente a cualquier población amenazada. Su guarnición es una compañía de ochenta y una plazas.

La provincia de Coahuila, se encuentra entre los 26: y 32: N. y los 262: y 265: O. Esta constituida por un terreno montañoso, seco y escasamente poblado, con parte del desierto llamado Bolssn de Mapimm. Su unico interés radica en los yacimientos mineros, que determinan los núcleos de población. Su límite norte es el río Grande del Norte, en cuya orilla izquierda y sierras inmediatas se encuentran las rancherías de los apaches lipanes y natages, ahora en aparente paz. Solo tiene un presidio en La Monclova, su capital. Su guarnición esta constituida por una compañía de treinta y seis plazas, cuyo capitán es el gobernador de la provincia. Se encuentra a 27:36’N y 270:10’O. Podría colocarse junto al Río Grande, para guardar su paso y evitar las consecuencias de su abandono.

El presidio de Santa Rosa del Sacramento esta situado a menos de cuarenta leguas al noreste de La Monclova, a 28: 13’N. y 268:49’O. Es la mayor población de la provincia, frente a Villa Nueva de San Fernando, de poca población. Alejado y en paz ahora, pero sin seguridad, por las muchas avenidas de llegada y retirada de los apaches. La guarnicisn esta constituida por una compaqma de cincuenta y dos plazas, incluido un capellan.

El presidio de San Juan Bautista del Río Grande esta situado a cuarenta leguas al este de San Fernando, a 28:N y 272:5’O. Esta en buena situación y cubre las avenidas de los lipanes. Su guarnición es una compañía de treinta y tres plazas.

El presidio de San Saba, dependiente directamente del Virrey, se encuentra a orillas del río San Saba, a noventa leguas al noreste de San Fernando, a 31:38’N. y 273:28’O. Su situación y existencia no tienen ninguna utilidad y son causa de perjuicios, porque ssoo han servido para defender a los lipanes, enemigos nuestros que, unidos a los natages, penetran y atacan ranchos en las inmediaciones de San Fernando y en Coahuila.

La extensa provincia de Texas se extiende entre los 26: y 34:N. y entre los 275: y 286: O. En su territorio existen los presidios de San Antonio, La Bahía, Los Adaes y Orcoquizac.

La mayor población es la villa de San Antonio de Bixar, a 29:52’N y 275:57’O. Su presidio tiene una guarnición de solo veintitrés plazas, con un capellán, pero sin teniente ni alférez. Dicha guarnición debe aumentarse con la de los presidios suprimidos.

El presidio de la Bahía del Espíritu Santo tiene, como guarnición, una compañía de cincuenta plazas.

El presidio de Nuestra Señora de los Adaes esta guarnecido por una compañía de cincuenta y ocho plazas, mas dos misioneros capellanes. Su capitán es el gobernador de la provincia.

El presidio de Orcoquizac esta a 30:25’N y 285:52’O., a ciento veinte leguas al sur de Adaes. No tiene ninguna utilidad, por lo que debe suprimirse.

Como final de su extenso informe, el marqués de Rubí pone unas notas con sus observaciones y propuestas. De manera general considera que, para poder contar con una línea defensiva eficaz, es imprescindible superar el punto de vista localista en la ubicación de cada presidio, imponiendo una visión de conjunto en el establecimiento de una línea continua de presidios, desde la costa del golfo de California, en las proximidades del presidio de Altar, a 30: de latitud N., hasta la desembocadura del río Guadalupe, en la costa de Texas, también a los 30:N. Esta línea defensiva estaría formada solo por diecisiete presidios: Altar, Tucson, Terrenate y Fronteras, en Sonora; Janos, San Buena-ventura, El Carrizal, Huejoquilla, Julimes y Cerro Gordo, en Nueva Vizcaya; San Saba, Santa Rosa, La Monclova y San Juan Bautista, en Coahuila, y Bahía del Espíritu Santo, en Texas. Fuera de la línea fronteriza, propone mantener los presidios de San Miguel de Horcasitas y Buenavista, así como las dos compañías provinciales de Sonora; estos dos presidios se mantendrán solo hasta que se lleve a cabo la reducción de los seris de Cerro Prieto, causantes de tantos problemas en Sonora. A vanguardia de dicha línea, en Nuevo México, el presidio de Santa Fe sería la punta de lanza del dispositivo. Propone una organización uniforme de la frontera, variando lo necesario la ubicación de los presidios para que no queden a una distancia tan excesiva como la existente entre Fronteras, el mas al este de Sonora, y Janos, el mas al oeste de Nueva Vizcaya. Con ello se lograría que los presidios de Sonora quedasen a unas distancia entre si de unas cuarenta leguas. Se unificaran las plantillas de las compañías presidiales, que quedarían todas con un capitán, un teniente, un alférez y un sargento y cuarenta y seis entre cabos y soldados, mas diez indios exploradores, uno de los cuales sería su cabo. Cincuenta plazas que, sumadas las de los destacamentos, harían un total de novecientos cuarenta hombres, lo que supondría un total de dotaciones anuales de trescientos sesenta mil quinientos setenta y cinco pesos. En resumen, el marqués de Rubí propone la supresión de todos los presidios no incluidos en la línea de fronteras, con excepción de los de Nuevo México y de los dos presidios interiores de Sonora, esto solo mientras persistiera la amenaza de los seris de Cerro Prieto. Con la idea de la acción de conjunto de la línea de fronteras, propone la creación del cargo de Comandante de Campaña en Sonora, que tendría a sus órdenes los cuatro presidios de esta provincia; de otro similar en Nueva Vizcaya, y de un tercero en Coahuila y Texas. Los dos de Nuevo México continuarían a cargo de su gobernador, ya que estaban fuera de la citada línea de seguridad de la frontera. La propuesta del marqués de Rubí se extiende asimismo a todas las medidas a tomar en la reorganización de la defensa de la frontera, tales como armamento, uniformidad, construcciones, pago de haberes y detalle y contabilidad.

El informe del marqués de Rubí, desde el momento de su entrega, siguió su camino administrativo hasta surtir sus efectos muy eficazmente cuatro años después. Si actualmente los efectos prácticos de un estudio similar tardan años en llegar a la practica, con mas razón tenia que ocurrir lo mismo cuando las comunicaciones eran mucho mas lentas.



Y esta fue la misión que se le encomendó y que terminó en España con algunos disgustos con Nicolás Lafora, ya que este se limitó a copiar lo que Urrutia diseñó. De hecho al Capitán General de la época le solicitó protegiera a Urrutia, e informó al Secretario de Guerra, de lo bien que Urrutia le había Servido.

Más tarde Urrutia al llegar a México se queda a las ordenes del Virrey , realizandole las copias necesarias para él, y las que luego debía de llevar a España junto a algunas cartas (a saber de qué ) ; Al llegar a España, tras unas tareas en Nueva España; se quedó en la Corte de Madrid a realizar las copias de sus mapas , y que no terminó hasta llegar a Canarias.





Publicado por Rafael J. Gómez Morte en 19:37
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José de Urrutia y de las CasasJosé de Urrutia

El general Urrutia, por Francisco de Goya.
General
Años de servicio 48
Lealtad España
Unidad Artillería, Ingenieros militares
Condecoraciones Orden de Calatrava
Orden de Carlos III
Orden Militar de San Jorge del Imperio ruso
Espada de Oro al Mérito del Imperio ruso
Participó en Asedio a Gibraltar de 1779
6ª Guerra Ruso-Turca
Defensa de Ceuta de 1791
Guerra de la Convención

Nacimiento 19 de noviembre de 1739
Zalla España
Fallecimiento 1 de marzo de 1803
Madrid España
Otros empleos Cartógrafo, ingeniero y profesor de matemáticas


José Ramón de Urrutia y de las Casas (n. Zalla, 1739 - † Madrid, 1803) fue un militar español. Nacido el día 19 de noviembre de 1739 en Zalla (Vizcaya, País Vasco, España) y bautizado el mismo día en la iglesia parroquial de La Herrera siendo su padrino Sebastián de la Cuadra y Llarena, marqués de Villarías. Sus padres fueron Feliciano de Urrutia, coronel de la Guardia valona, y Agustina de las Casas.

Estudió en su juventud en la villa de Valmaseda y después entró en la Academia Militar de Matemáticas de Barcelona. Ingresó en el ejército el 6 de abril de 1755 y se convirtió en cadete en el Regimiento de Infantería de Murcia. Obtuvo el título de subteniente cinco años después en el Regimiento de Guadalajara. En 1764 embarcó para México con el Regimiento de América.Contenido [ocultar]
1 Experiencia en México
2 De vuelta en España
3 Su periplo europeo
4 La guerra de la Convención
5 La paz y la recompensa
6 El gobierno de Godoy y muerte
7 Cargos y condecoraciones
8 El cuadro
9 Bibliografía
10 Enlaces externos

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Experiencia en México

Ermita de San Antonio de la Mella y, delante, el Palacio Urrutia en Zalla

Fortaleza de San Juan de Ulúa, donde Urrutia fue destinado en Nueva España.

Terminada la Guerra de los Siete Años, España pretendió reorganizar sus ejércitos en el Virreinato de Nueva España, dadas las nuevas condiciones creadas por el fin de la guerra y la nueva vecindad con las colonias británicas. Buscando militares para acompañar al Marqués de Rubí a una expedición a las posiciones españolas más septentrionales del Virreinato mexicano, el virrey de la Nueva España, el marqués Carlos Francisco de Croix, nombró a Urrutia ingeniero para que acompañase a Rubí en la expedición. El cartógrafo subteniente Urrutia partió con la expedición el 6 de marzo de 1766 por El Camino Real de Tierra Adentro, estuvo en Zacatecas, Durango, de ahí continuó a Chihuahua, El Paso y Santa Fe de Nuevo México, levantando también planos de estos dos últimos presidios. A su regreso inspeccionó los presidios de San Buenaventura en Nueva Vizcaya y los seis presidios de Sonora. Cruzó la Sierra Madre, visitando presidios y guarniciones en Coahuila, Texas, Nuevo León y Nayarit. Por estos servicios a la Corona española se le nombró teniente.

Después fue destinado con el Visitador General de la Nueva España, José de Gálvez, a inspeccionar la región noroeste, que incluía Sonora, Sinaloa y la Baja California, con la finalidad de supervisar la expulsión de los jesuitas, mejorar las defensas de la región y preparar las expediciones al resto de California. En este sentido, colaboró en la creación del plano del puerto de San Blas, Bahía de La Paz y Puerto de Cortés y Bahía de San Bernabé, puertos vitales para la colonización de toda California.

De vuelta a México capital, el virrey le encomendó la obra pública hidráulica más importante de la ciudad, realizar los Planos del Real desagüe de Huehuetoca, para evitar inundaciones que asolaban la ciudad con el paludismo, que afectó a Urrutia durante las obras.
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De vuelta en España

La Fortaleza de San Carlos de Perote, que Urrutia ayudó a diseñar.

De vuelta en España, y tras dar cuentas al Rey de sus acciones en la frontera española de Norteamérica, es destinado a Canarias en 1770, donde debía participar en la creación del plano de las Islas. Por una enfermedad tuvo que retirarse a Ávila, donde trabajó como profesor de Matemáticas, tras rechazar un puesto de director en el Ministerio de la Guerra. Sintiéndose recuperado, y viendo la inminencia de la guerra entre España y Gran Bretaña, marchó para tomar parte en el sitio de Gibraltar en 1779. Tras ser herido de un balazo mientras dirigía las obras de la batería de San Carlos, se retiró al hospital de Algeciras. Sin estar completamente recuperado, participó en la toma de Menorca dirigida por el Duque de Crillon, donde encabezó un regimiento de granaderos, dirigiendo después la reparación del Castillo de Fornells en Mahón.

De allí le ordenaron volver a Gibraltar, donde luchó al frente de los atrincheramientos avanzados desde los cuales rechazó a los británicos y salvó a una columna francesa de caer prisionera.

Firmada la paz con Gran Bretaña en 1783, fue ascendido a Comandante General de Algeciras, desde donde realizó el trazado del mapa de las costas del estrecho. Después dirigió las obras del Canal de Castilla.
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Su periplo europeo

Terminado su trabajo en el Canal de Castilla, que debía unir por vía fluvial la España interior con los puertos del norte, fue enviado como integrante de una comisión con misión política, diplomática y militar, para captar los conocimientos militares de los ejércitos europeos de la época. Visitó Prusia, Francia, Países Bajos, Austria, Suecia, Turquía e Inglaterra. En esta misión empleó cuatro años de su vida.

Pero su mayor vivencia la tuvo en Rusia, donde despertó importantes simpatías, de tal modo que le ofrecieron mandar una división del ejército ruso en la campaña que se iba a emprender en la Guerra Ruso-Turca (1787-1792). Su valor y sus conocimientos como ingeniero en los asaltos de la fortaleza de Özü (más conocida con el nombre ruso de Ochákov), Palanca, Akerman y Bender y en la batalla de Caman fueron muy comentados. Por su reconocida valía fue condecorado por el Mariscal General Potemkin con la Cruz de San Jorge de cuarto grado, la Espada de Oro al Mérito y el ascenso a general del Imperio ruso, aunque esta última no lo aceptó porque le obligaba a jurar servir a Rusia el resto de su vida militar. De vuelta en España, pidió se revisase su expediente militar, ya que únicamente ostentaba el título de brigadier del ejército español. El nuevo rey, Carlos IV, consideró oportuno ascenderle dados sus méritos, nombrándole Mariscal de Campo y destinándole a dirigir la guerra contra Marruecos que recientemente había estallado por el sitio que el sultán de ese país, Al-Yazid, había puesto a la ciudad de Ceuta, ciudad de la que fue nombrado Comandante, y en la que derrotó al sultán marroquí. Como resultado de esta victoria, el Rey le ascendió en solo dos años a Teniente General en 1793.
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La guerra de la Convención

Tomó el mando en Navarra, donde expulsó a los franceses del valle de Roncal. Liberada Navarra se dirigió a Cataluña, donde consiguió conquistar la mayoría de las plazas del Rosellón. Después de no muchos éxitos del conde de la Unión, y tras decaer la moral del ejército debido al retraso en los pagos, Carlos IV le nombró Capitán General de Cataluña y presidente de la Real Audiencia.

Después de pagar lo que se debía a sus soldados, Urrutia venció en Fluvía, en el castillo de Pontós en 1795 y en Belver en Cerdaña, y penetró en territorio francés del Rosellón, donde preparó el asalto a Mont-Leonis.

Llegada la paz, fue ovacionado y vitoreado por la opinión pública a causa de sus victorias, ante lo cual el Rey le nombró Capitán General de los Reales Ejércitos. Su fama y prestigio llegaron tan lejos, que el magnífico Goya le retrató en una obra que hoy se conserva en el Museo del Prado.

Detalle de la fachada del palacio Urrutia en Zalla
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La paz y la recompensa

Urrutia fue nombrado en diciembre de 1797 Ingeniero General del Ejército español, desde donde dio vida al Cuerpo de Ingenieros Militares, fue nombrado Consejero del Tribunal Supremo de Guerra y primer director del Museo de Artillería. En 1799 fue nombrado Comandante General interino del Real Cuerpo de Artillería. Del mismo modo, el Rey le ofreció un título de Castilla y la Grandeza de España para su mayor gloria y la de sus descendientes, a lo que Urrutia se negó, ya que era soltero y no tenía hijos.
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El gobierno de Godoy y muerte

Preparándose para volver a América, recibió la orden del primer ministro del Rey, Manuel Godoy, de acompañarle a la Guerra de las Naranjas contra Portugal. Urrutia no sentía simpatía por el valido (se le tenía por anglófilo) y consideraba que la guerra contra Portugal era injusta, así que rechazó el encargo, prefiriendo desarrollar sus proyectos en América. Tras una disputa con el Rey y Godoy por este motivo, en 1797 fue nombrado Capitán General de Extremadura, para que informase de los movimientos de los buques ingleses en los puertos de Portugal. También en 1797 recibe la distinción de Padre del Señorío de Vizcaya por parte de las autoridades provinciales, habiendo recibido ya en 1788 la distinción de alcalde honorario de la villa de Balmaseda, ciudad en la que aprendió sus primeras letras.

Como resultado de la antipatía mutua que se tenían, Godoy expulsó a Urrutia de los Reales Sitios en 1801 a Sevilla. Recibió un perdón del Rey, donde éste le nombraba Capitán General de Valencia, pero fue revocado por Godoy solo un mes después.
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Cargos y condecoraciones
Caballero Comendador de la Orden de Calatrava
Caballero Comendador de la Imperial Orden Militar de San Jorge de Rusia en 4º Grado
Espada de Oro al Mérito del Imperio ruso
Real Cruz de la Real y Distinguida Orden de Carlos III
Director y Coronel General interino del Real Cuerpo de Artillería
Fundador del Cuerpo de Ingenieros Militares
Ingeniero General de los Reales Ejércitos, Plazas y Fronteras
Comandante de Ceuta
Comandante General de Algeciras
Capitán General de Cataluña y Presidente de la Real Audiencia
Capitán General de Extremadura
Presidente de la Junta de Defensa de las Indias
Inspector General de las Indias de los Cuerpos de Artillería e Ingenieros
Consejero del Tribunal Supremo de Guerra
Fundador y Director del Museo de Artillería
Padre del Señorío de Vizcaya
Alcalde honorario de la Villa de Balmaseda

Después del éxito de Godoy en la Guerra de las Naranjas, se le concedió el permiso para volver a la capital, donde ostentó el cargo de presidente de la Junta y defensa de las Indias. Murió el 1 de marzo de 1803 en Madrid a las cuatro y media de la tarde, siendo enterrado en la iglesia parroquial de Santa María la Real de la Almudena.

Legó sus numerosos escritos sobre su vida, obras de poliorcética, tratados de artillería, obras tácticas, descripciones topográficas, memorias de campaña y proyectos de academias militares, algunos de los cuales se conservan en el Museo Británico, en el Museo del Ejército español y otros se han perdido. Consiguió ser el primer militar de origen plebeyo en obtener la graduación de Capitán General en el Ejército español.
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El cuadro

Goya sitúa al General sobre un fondo montañoso seguramente como alegoría de sus orígenes vascos, portando en su mano derecha un catalejo y en la izquierda un bastón y el sombrero de tres picos. En la solapa de su casaca únicamente luce la condecoración rusa de San Jorge. Goya intenta plasmar la personalidad del retr

Geografo, ingeniero militar , escritor y general de gran talento, Urrutia encumbro una obra, de gran repercusion aun en los tiempos modernos. Los mapas que levanto en la expedicion de La Fora, EN EL TERRITORIO DE FRONTERA S DE MEXICO Y LOS EEUU, JUNTO CON LA CRONICA DE AQUELLA AVENTURA SON DE INTERES MUNDIAL , EN EL AREA DE LA ETNOGRAFIA E HISTORIA DEL CONTINENTE AMERICANO CON LA INFLUENCIA EN LOS PRESIDIOS DE FRONTERA .CARLOS III DIO UNAS FAMOSAS ORDENANZAS QUE SE CUSTODIAN EN LA BIBLIOTECA NACIONAL Y SON ANTOLOGICAS EN SU CONTENIDO MILITAR. lafora escribio un libro de viajes al que complemento urrutia con un diario de operaciones que esta en el archovo de indias de SEVILLA


CUADRO DE GOYA

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