Sus orígenes se remontan a 1871 cuando nace como Ateneo Militar, aunque pronto cerró sus puertas, hasta que 10 años después el mismo grupo de oficiales crea el Centro Cultural del Ejército y la Armada, que tras pasar por las calles Fuencarral y Príncipe y por la Pza. del Ángel, asienta definitivamente su sede en la Gran Vía.
También conocido como Centro Cultural de los Ejércitos , fue concebido para ofrecer lugar de recreo y deporte a militares en activo y retirados. Inaugurado el 16 de noviembre de 1916 por Alfonso XIII, el edificio es obra del arquitecto Eduardo Sánchez Eznarriaga (autor también de los teatros Calderón y Alcazar) y José Monasterio, con un estilo que cabalga entre el modernismo y el clasicismo. De la fachada principal destaca en particular su marquesina de hierro y cristal.
Cuenta con un hotel-residencia de 45 habitaciones, cafetería, sala de masajes y reflexoterapia, peluquería, sala de billar y de tiro al blanco, comedor (accesible también a civiles pagando 2 € más por el menú), gimnasio, y presumen de tener la sala de esgrima más antigua de Europa. Conferencias, recitales, cenas y bailes componen parte de su oferta cultural.
Mención especial merece su biblioteca, que consta de unos 30.000 volúmenes (entre los que se encuentra un incunable de 1487) y que cuenta con un curioso sistema de calefacción compuesto por conductos de agua caliente bajo las mesas corridas, con apoyo para los pies. En sus vitrinas se exhiben colecciones de miniaturas con todos los uniformes de la Armada Española.CASINO MILITAR, SU BIBLOTECA Y DEPENDENCIAS SON ADMIRABLES. uN MUSEO SOCIAL HOY.(libreta de ANELE
Es una calle capaz, perfectamente ancha Justa en su distancia para el paseo sosegado y amable. Siempre te depara un grato encuentro. Quizás un viejo conocido , quizás la silueta e imagen de una celebridad que agradeces, el reconocerla.
En la actualidad la calle parece un apéndice de los Sanfermines, día y noche frecuentada por una abigarrada y extraña gente, turistas despistados también mirando el cielo para intentar extraer emociones que no aparecen….
Del siglo que ha cumplido, cuando cumplía su función la calle por los años cincuenta el panorama era distinto. Casi un gueto social, reservado tácitamente a personajes de enjundia. Elegantes y distinguidos. No aparecía por allí ni un solo soldadito, con todos los que entonces había en Madrid. Daba vergüenza andar por aquella calle sin el ropaje al uso. Podías terminar en el calabozo de las comisarías por sospechoso..EN fin que
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