EL PAJARILLO

Denominan a cierto pajarillo chochín. Pero los najerinos le decimos chinchín, que viene a ser más familiar y autóctono Es un ave paseriforme, de pequeño tamaño, rechoncha y de color pardo. Se alimenta de insectos y era muy común en las huertas de Nájera, haciendo sus pequeños nidos en las oquedades de los troncos o entre las ranuras de las casetas de campo. Los niños los conocíamos bien y nos causaba su presencia una gran simpatía por ser el mas pequeño de la fauna Najerillense. Su comportamiento era expresivo por la gracia y celeridad de su vuelo. Cuando se posaba en una rama baja o arbusto, imprimía un especial movimiento a su cola, pareciéndonos que era un ritual de saludo. Su diminuta envergadura la disimulaba con un genio espacial en sus carreras por la maleza, cazando con habilidad

Insectos para su alimento y el de sus crías. Seguramente. El poeta Villegas se inspiro en el chinchin para componer su tierno e inmortal poema,

Hace muchos años que no he visto esa especie por Nájera, no así un buen amigo , quien me comenta el privilegio de haber visto una pareja de estas avecillas procreando en el área de su huerta y que disfruto mucho con el encuentro. Prometiéndome que localizara su nido para que juntos lo contemplemos. Seguro que pronto localizara el sitio, por muy escondido que esté. Jesús es uno de esos najerinos que conoce como nadie el rio y los campos de Nájera sus especies y técnicas par las capturas. Hablamos de ello, al igual que del elegante Martín Pescador , con sus vuelos espectaculares sobre las aguas, para procurarse acopio de pececillos. De Goloritos, berderones, ruiseñores y otras especies muy cotizadas por sus preciosos trinos. Muy apropiadas para mascotas de compañía. Pagándonos incluso a los chavales, una buena propina caprichosas señoras que luego los exibían en jaulas artesanas que compraban al señor Daniel, cuyo taller tenia en la calla del Carmen.

Había otras especies cotizadas por ser comestibles, Los alegres y ruidosos gorriones que invadían las gallineros por el invierno para procurarse el sustento robando su racion a las aves del corral y que había que espantarlos a garrotazo limpio.Tambien se les tendían trampas con ballestas camufladas en el estiércol o con liga, una especie de pegamento dispuesto sobre ramas y arbustos. Usábamos como arma arrojadiza el eficiente tirachinas. Con munición elegida entre los pequeños cantos del río. Que subamos también contra tordos y malvices que poblaban el imperio de las choperas najerillenses.

Otra aves menos apropiadas para la olla o sartén eran los siniestros grajos, las abubillas que olían muy mal y aquel indestructible ejercito de escandalosas picarazas. especie depredadora de pequeños nidos y que su captura era premiada por la sindical de Labradores. Bastaba con llevar las siniestras patas o los huevos de sus nidos y te soltaban una propina, que venia muy bien para comprase un delicioso sorbete de halado donde la Teria o una ración de pan de higo en la tienda de la Centella .Las malditas picarazas solían posarse en ramas altas, así que aprovechando que a un amigo de cuadrilla le habían echado los reyes una carabina de postas 1951, se nos ocurrió convencerle para ir de safari a las choperas cercanas a la plaza de toros. Como además el dueño de la nueva escopeta era sobrino del alcalde, nos parecio disponer de todos los razonamientos logicos para la aventura. Como hacia mucho frio hicimos una lumbre, que pronto se extendio por la maleza. Tuvimos que acercarnos al gran basurero que estaba cerca y coger orinales y jofainas viejas para apagar el alarmante incendio. Total que nos pusieron una multa a todos los de la expedición y no cobramos ni un solo pajarraco de aquellos.

A veces elegíamos el río como escenario de capturas Era fácil hacerlas. Con un elemental útil que solía ser una botella. .Procurando que fuese blanca. Bastaba con mutilar de su base una oquedad cóncava para dar entrada al friego de pececillos, engañándolos con unas migas de pan dispuestas en interior del vidrio. En un rato, cogías lo sufriente para la cena. A veces lo hacíamos con un botrino con idéntica eficacia.

Volviendo a ese pajarillo que llamábamos el chinchín aclaremos que su tamaño no era superior a una almendra con cáscara. La cola superaba dos veces el tamaño de su envergadura y los huevos que deposita en su calido nido no rebasaban el tamaño de un dedal .Cubría el habitáculo con musgo fino y hasta con alguna Hebra de lana de las ovejas caída en el suelo. Luego llegaba la cruel picaraza y acababa con la humana procreación del pajarillo. Así, que a las picarazas les teníamos un odio mortal. No dudamos incluso de ponerle como mote a una conocida maestra de entonces La picaraza, por fea y por lo insoportable de su carácter

Eran otros tiempos. Descubríamos la vida mas natural y tierna, en ejemplos y conductas de los animales..Hoy nos la enseñan de otras maneras, mas calculadoras y mas crueles. Prevaleciendo la soberbia y la imposición de los gobernantes. En buena lógica éramos mas libres sobre todo y mas felices que los niños de hoy. Que parecen de granja Guardería enseguida sin apenas saber andar. Y luego, cursos escolares, institutos y Universidad hasta casi alcanzar los treinta años. A los niños de los años 1950 nos importaba muy poco y nadie lo comentaba si existía o no existía un crucifijo colgado en la pared principal de la Escuela, aunque lo contemplábamos como signo de respeto al igual que al maestro, al sacerdote o a las personas mayores. Nos importaba mas , donde podría estar ese nido de lombrices para pescar con caña. Fabricar al caer la noche una pelota de lana vieja para poder jugar, al día siguiente en el frontón. Esto era mas importante que nada, porque descubríamos la vida, latiendo en su verdad natural y autentica, sin que nadie interfiriera en ello.

Confuso es el destino de las criaturas de hoy, enseñándoles que pueden acudir impunemente al sexo, facilitando el preservativo pertinente. Con opción al aborto de lo que hayan podido concebir, sin Dios ni Patria, sin recato ni vergüenza. Así que si llegan a presenciar la escena de los gorgogeos para copular los pajarillos, sin duda les entrara la risa.

Hay que reseñar la circunstancia de que nunca presenciaran tan delicioso espectáculo.

Ante lo cual podremos afirmar que nunca conocerán ni la mitad de la vida y de los placeres mas elementales que conforma el descubrirla desde la propia capacidad de asombro

El poeta Villegas con su mensaje y versos dedicados al Pajarillo, viena a componer un mensaje virtual de la defensa de la propiedad mas estimada por los seres humanos. La de procrear en el entorno que la Providencia lego y que nadie dispone de la autoridad para romper con violencia tan inmenso legado. Repasen algunos de los fragmentos de la composición

YO VI SOBRE UN TOMILLO

QUEJARSE A UN PAJARILLO

VIENDO SU NIDO AMADO

DE QUIEN ERA CAUDILLO

DE UN LABRADOR ROBADO

VILE TAN CONGOJADO

POR TAL ATREVIMIENTO

DAR MIL QUEJAS AL VIENTO

PARA QUE EL CIELO SANTO

ESCUCHARA SU LAMENTO

DAME RUSTICO FIERO

MI DULCE COMPAÑÍA

Y QUE LE RESPONDIO EL RUSTICO

,,NO QUIERO.

Referíase sin duda Don Esteban a la libertad, denunciando el atropello y la intromisión.

Un alegato al ecologismo mas justificado, incluso a la defensa a ultranza de la vida. Alguna vez he comentado el acierto que seria que tal poema estuviese escrito en una placa con visos de monumento en el patio central del Instituto que tiene el nombre de Villegas. Seria un bonito detalle.

En fin. Existen también otra clase de aves. El rebicandil, a quien llamábamos relinchón. El pájaro carpintero, que goza de obvias simpatías en Nájera. El pájaro bobo. Los pájaros de mal agüero y los pájaros de cuenta. Pero de esos que escriba si quiere la madre que los parió.